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Exposición de la generación 2021
del Programa Educativo
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(para una teoría de la generación espontánea)
Si doce personas están dispuestas a reírse juntas,encontrarán otras formas de entender el mundo que les rodea.
Durante dos años hemos fluido entre acuerdos y desacuerdos. Ahora concluimos un programa educativo y presentamos aquí los resultados de nuestras exploraciones. Buscamos, pues, una justificación para hacer lo que queremos: convocar a otrxs desde las imágenes y las palabras, y evidenciar las estructuras que no vemos.
Cada uno de los once sistemas de observación que articulan teoría de la generación espontánea surge de intereses conceptuales, críticos, formales y matéricos tan diversos como los contextos de los que cada unx de nosotrxs proviene: construir espacios desde lo invisible, utilizar el material y lo ritual para cerrar simbólicamente un final; resignificar imágenes a través de la memoria y la vivencia personal; reinterpretar procesos y obras de la Historia del arte a través del relato familiar; replantear el lugar que tiene la experiencia en la investigación y la autoría; modificar construcciones para observar lo que excreta el cuerpo; estudiar la ciudad a través de un lenguaje cromático; cuestionar la narrativa histórica para desestabilizar los símbolos coloniales; analizar con ironía las estructuras de poder y las promesas de la superación personal; habitar el sueño como un lugar de creación o entender un hielo abandonado en la calle como un fenómeno digno de observación.
No hemos abordado la pandemia como tema, pero es una condición transversal a todxs nosotrxs: vivimos y producimos desde este momento. Pensamos que la práctica artística no se produce de forma espontánea sino en la discusión, el disenso y la diferencia; somos resultado de un diálogo que se articula de forma libre e impredecible desde una multiplicidad de saberes. Sabemos que una generación no es sinónimo de homogeneidad, no es un sistema único y fijo, y mucho menos un conjunto de cuerpos atravesando el espacio y el tiempo de lxs demás sin empatía. Una generación es nombrar a la participante número doce. Es abrir la boca, los oídos y los ojos. Convivir y coexistir. Es, sobre todo, la oportunidad para estar menos tristes y menos solxs con nuestrxs demonixs e imaginar espacios donde emerja de forma insistente el conocimiento.
Generación 2021, Programa Educativo SOMA
Cada uno de los once sistemas de observación que articulan teoría de la generación espontánea surge de intereses conceptuales, críticos, formales y matéricos tan diversos como los contextos de los que cada unx de nosotrxs proviene: construir espacios desde lo invisible, utilizar el material y lo ritual para cerrar simbólicamente un final; resignificar imágenes a través de la memoria y la vivencia personal; reinterpretar procesos y obras de la Historia del arte a través del relato familiar; replantear el lugar que tiene la experiencia en la investigación y la autoría; modificar construcciones para observar lo que excreta el cuerpo; estudiar la ciudad a través de un lenguaje cromático; cuestionar la narrativa histórica para desestabilizar los símbolos coloniales; analizar con ironía las estructuras de poder y las promesas de la superación personal; habitar el sueño como un lugar de creación o entender un hielo abandonado en la calle como un fenómeno digno de observación.
No hemos abordado la pandemia como tema, pero es una condición transversal a todxs nosotrxs: vivimos y producimos desde este momento. Pensamos que la práctica artística no se produce de forma espontánea sino en la discusión, el disenso y la diferencia; somos resultado de un diálogo que se articula de forma libre e impredecible desde una multiplicidad de saberes. Sabemos que una generación no es sinónimo de homogeneidad, no es un sistema único y fijo, y mucho menos un conjunto de cuerpos atravesando el espacio y el tiempo de lxs demás sin empatía. Una generación es nombrar a la participante número doce. Es abrir la boca, los oídos y los ojos. Convivir y coexistir. Es, sobre todo, la oportunidad para estar menos tristes y menos solxs con nuestrxs demonixs e imaginar espacios donde emerja de forma insistente el conocimiento.
Generación 2021, Programa Educativo SOMA
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If twelve people are willing to laugh together,
they will find other ways of understanding the world around them.
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We are a generation of artists who come from different backgrounds. For two years we have flowed between agreements and disagreements, where the most important thing has been to convene from the word and the images to make the structures that we do not see visible. A generation is not a synonym of homogeneity, much less a set of bodies crossing the space and time of others, without empathy. It is not a one-size-fits-all system nor should it be predictable. A generation is to think about student number 12. It is opening the mouth, the ears and the eyes. It is living together and coexisting.
Teoría de la generación espontánea [Spontaneous generation theory] is defined by certain conditions: we concluded an educational program and presented the results of each artist’s explorations, but we also look for a justification to do what we want.
Each of the eleven observation systems that make up this project arises from conceptual, critical, formal and material interests as diverse as: building spaces from the invisible, questioning the historical narrative to destabilize colonial symbols, resignifying images through memory and personal experience, inhabiting the dream as a place of creation, reinterpreting the processes and images of art history through the family story, using the material and the ritual to symbolically close an ending, modifying constructions to observe what the body excretes, studying the city through a chromatic language, rethinking the place that experience has in research and authorship, analyzing the power structures and the promises of personal improvement with irony, as well as understanding an ice cube abandoned in the street as a phenomenon worthy of observation.
The work behind this exhibition serves to refute the idea that artistic knowledge and practice occur spontaneously. They are actually built through discussion, dissent, and difference. We try to be a community that seeks to clear the idea that we are not a homogeneous voice, but the result of a dialogue that is articulated freely and unpredictably from a multiplicity of knowledge.
Despite the global situation, we have not spoken of the pandemic as a cross-cutting condition for all of us, but it is true that we live in this moment. The important thing here are the opportunities to be less sad and less alone with our demons and to imagine spaces where knowledge insistently emerges. We may like and be accomplices of the spontaneous, we do not know. Spontaneity needs no explanation.
Teoría de la generación espontánea [Spontaneous generation theory] is defined by certain conditions: we concluded an educational program and presented the results of each artist’s explorations, but we also look for a justification to do what we want.
Each of the eleven observation systems that make up this project arises from conceptual, critical, formal and material interests as diverse as: building spaces from the invisible, questioning the historical narrative to destabilize colonial symbols, resignifying images through memory and personal experience, inhabiting the dream as a place of creation, reinterpreting the processes and images of art history through the family story, using the material and the ritual to symbolically close an ending, modifying constructions to observe what the body excretes, studying the city through a chromatic language, rethinking the place that experience has in research and authorship, analyzing the power structures and the promises of personal improvement with irony, as well as understanding an ice cube abandoned in the street as a phenomenon worthy of observation.
The work behind this exhibition serves to refute the idea that artistic knowledge and practice occur spontaneously. They are actually built through discussion, dissent, and difference. We try to be a community that seeks to clear the idea that we are not a homogeneous voice, but the result of a dialogue that is articulated freely and unpredictably from a multiplicity of knowledge.
Despite the global situation, we have not spoken of the pandemic as a cross-cutting condition for all of us, but it is true that we live in this moment. The important thing here are the opportunities to be less sad and less alone with our demons and to imagine spaces where knowledge insistently emerges. We may like and be accomplices of the spontaneous, we do not know. Spontaneity needs no explanation.